martes, 9 de julio de 2013

Refugiadas y mujeres desplazadas dentro de su pais


A Amnistía Internacional le preocupaba que se reconozca que las violaciones de los derechos humanos constituyen una de las causas principales de que las mujeres se conviertan en refugiadas o en desplazadas dentro de su país, y también le preocupaba el hecho de que, cuando se encuentran en esa situación, las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables. La organización recomendó que la Plataforma de acción inste a los gobiernos a tener en cuenta la necesidad especial de protección que tienen las mujeres y las niñas.

Se establece la conexión entre las violaciones abiertas de los derechos humanos y las políticas de «depuración étnica» por un lado, y las corrientes masivas de refugiados y personas desplazadadas por otro.Se reconoce que el 80 por ciento de los refugiados y otras personas desplazadas del mundo, incluidos los desplazados internos, son mujeres y niños, y que se ven amenazados con la privación de sus propiedades, bienes y servicios y de su derecho de regresar a su hogar de origen, así como con la violencia y la inseguridad.
Se refiere también a «la persecución en forma de violencia sexual u otros tipos de persecución basados en el género» como motivo de miedo bien fundado de sufrir persecuciones por las razones enumeradas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo de 1967, y observa que en algunos países de asilo las mujeres encuentran dificultades para que se las reconozca como refugiadas cuando invocan motivos basados en este tipo de persecución.
En relación con la protección y asistencia a refugiados y personas desplazadas, los gobiernos se comprometieron, entre otras cosas, a:
  • ofrecer protección y asistencia adecuadas a las mujeres y niños internamente desplazados y encontrar soluciones para las causas fundamentales de su desplazamiento a fin de poder evitarlo y, cuando proceda, facilitar su regreso o re asentamiento.
  • adoptar medidas para proteger la seguridad y la integridad física de las refugiadas, otras mujeres desplazadas que necesitan protección internacional y las mujeres desplazadas internamente durante su desplazamiento y a su regreso a sus comunidades de origen; adoptar medidas eficaces para proteger de la violencia a las mujeres refugiadas o desplazadas; realizar una investigación imparcial y exhaustiva de las violaciones de esa índole y enjuiciar a los responsables.
  • lograr que se protejan los derechos humanos de las refugiadas y las mujeres desplazadas y que éstas conozcan esos derechos; garantizar el reconocimiento de la importancia vital de la reunificación de las familias.
  • contribuir adecuadamente a los programas de asistencia para las mujeres refugiadas, y tener en cuenta los efectos que tienen sobre los países de asilo las grandes cantidades de refugiados y ser conscientes de la necesidad de que esta carga sea compartida.
En relación con las medidas duraderas para poner fin a los desplazamientos, los gobiernos se comprometieron a:
  • adoptar todas las medidas necesarias, con el pleno respeto y la observancia estricta del principio de la no devolución de refugiados, para garantizar el derecho de las mujeres refugiadas y desplazadas a regresar voluntariamente a sus lugares de origen en condiciones de seguridad y dignidad, así como su derecho a la protección después del regreso.
  • adoptar medidas, en el plano nacional y con la cooperación internacional cuando proceda, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas para encontrar soluciones duraderas a los problemas de las mujeres desplazadas internamente, inclusive haciendo efectivo su derecho a regresar voluntariamente en condiciones de seguridad a sus hogares de origen .
Con respecto a la aplicación de las normas internacionales, los gobiernos se comprometieron a:
  • aplicar normas internacionales para garantizar la igualdad de acceso y la igualdad de trato de mujeres y hombres en lo que respecta a los procedimientos de determinación del estatuto de refugiado y concesión de asilo, incluido el pleno respeto y la observancia estricta del principio de no devolución por medio, entre otras cosas, de la adaptación de las normas nacionales de inmigración a los instrumentos internacionales pertinentes, y considerar la posibilidad de reconocer como refugiadas a las mujeres cuya solicitud de reconocimiento de la condición de refugiada se base en un miedo bien fundado de sufrir persecuciones, incluida la persecución relacionada con el género, facilitar el acceso a funcionarios especialmente capacitados para entrevistar a las mujeres.
  • apoyar y promover los esfuerzos de los Estados dirigidos a desarrollar criterios y directrices sobre las respuestas a la persecución dirigida específicamente a las mujeres, mediante el intercambio de información sobre las iniciativas de los Estados para formular tales criterios y directrices y la supervisión a fin de lograr su aplicación justa y consecuente .
Se pidió a los órganos, organismos y agencias pertinentes de la ONU que:
  • establecezcan una cooperación efectiva entre el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, y el Alto Comisionado de la ONU para Refugiados y otros órganos pertinentes, en el marco de sus mandatos, teniendo en cuenta la estrecha relación existente entre las violaciones masivas de los derechos humanos, especialmente en forma de genocidio, la «depuración étnica» y la violación sistemática de mujeres en situaciones de guerra por un lado, y las corrientes de refugiados y otros desplazados por otro, así como el hecho de que las mujeres refugiadas, desplazadas o que han regresado están expuestas de forma especial a sufrir abusos contra los derechos humanos.
Amnistía Internacional recibe con satisfacción el hecho de que en la Declaración y la Plataforma de Acción de Pekín se reconozca la relación existente entre las violaciones de los derechos humanos y las corrientes masivas de refugiados y personas desplazadas. Los gobiernos deben tomar medidas efectivas para acabar con las violaciones de los derechos humanos, que causan éxodos masivos. La protección de las personas que han huido resulta también esencial a la hora de buscar soluciones al creciente número de refugiados y personas desplazadas en todo el mundo. La organización estima que el hecho de acabar con la impunidad existente en torno a dichas violaciones contribuirá a evitar las violaciones de derechos humanos cometidas contra mujeres y, por consiguiente, Amnistía Internacional recibe con satisfacción el firme compromiso de los gobiernos de adoptar medidas encaminadas a realizar investigaciones imparciales y minuciosas de todas las violaciones y procesar a los responsables.
Amnistía Internacional celebra también la clara afirmación de que «la persecución en forma de violencia sexual u otros tipos de persecución basados en el género» constituyen un miedo bien fundado de sufrir persecuciones por las razones enumeradas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo de 1967. La organización insta a los gobiernos que aún no lo hayan hecho a conceder protección a las mujeres solicitantes de asilo que se encuentren en peligro de sufrir violaciones de los derechos humanos como consecuencia de persecuciones relacionadas con el género.

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